...la Biblia de Jerusalén
Salmo 32, 2-4
2 Dichoso el hombre a quien Yahveh no le cuenta el delito, y en cuyo
espíritu no hay fraude.
3 Cuando yo me callaba, se sumían mis huesos en mi rugir de cada
día,
4 mientras pesaba, día y noche, tu mano sobre mí; mi corazón se
alteraba como un campo en los ardores del estío. = Pausa. =