...la Biblia de Jerusalén
Salmo 38, 7-15
7 (8) Están mis lomos túmidos de fiebre, nada hay sano ya en mi
carne;
8 (9) entumecido, molido totalmente, me hace rugir la convulsión del
corazón.
9 (10) Señor, todo mi anhelo ante tus ojos, mi gemido no se te oculta
a ti.
10 (11) Me traquetea el corazón, las fuerzas me abandonan, y la luz
misma de mis ojos me falta.
11 (12) Mis amigos y compañeros se partan de mi llaga, mis
allegados a distancia se quedan;
12 (13) y tienden lazos los que buscan mi alma, los que traman mi
mal hablan de ruina, y todo el día andan urdiendo fraudes.
13 (14) Mas yo como un sordo soy, no oigo, como un mudo que no
abre la boca;
14 (15) sí, soy como un hombre que no oye, ni tiene réplica en sus
labios.
15 (16) Que en ti, Yahveh, yo espero, tú responderás, Señor, Dios
mío.