8 (9) De todas mis rebeldías líbrame, no me hagas la irrisión del
insensato.
9 (10) Me callo ya, no abro la boca, pues eres tú el que actúas.
10 (11) Retira de mí tus golpes, bajo el azote de tu mano me anonado.
11 (12) Reprendiendo sus yerros tú corriges al hombre, cual polilla
corroes su anhelos. Un soplo sólo, todo hombre. = Pausa. «=
12 (13) Escucha mi súplica, Yahveh, presta oído a mi grito, no te
hagas sordo a mis lágrimas. Pues soy un forastero junto a ti, un
huésped
como todos mis padres.
13 (14) ¡Retira tu mirada para que respire antes que me vaya y ya no
exista más!