...la Biblia de Jerusalén
Salmo 41, 2-13
2 (3) Yahveh le guarda, vida y dicha en la tierra le depara, y no le
abandona a la saña de sus enemigos;
3 (4) le sostiene Yahveh en su lecho de dolor; tú rehaces entera la
postración en que se sume.
4 (5) Yo he dicho: «Tenme piedad, Yahveh, sana mi alma, pues
contra ti he pecado!»
5 (6) Mis enemigos hablan mal contra mí: «¿Cuándo se morirá y se
perderá su nombre?»
6 (7) Si alguien viene a verme, habla de cosas fútiles, el corazón
repleto de maldad, va a murmurar afuera.
7 (8) A una cuchichean contra mí todos los que me odian, me achacan
la desgracia que me aqueja:
8 (9) «Cosa de infierno ha caído sobre él, ahora que se ha acostado,
ya no ha de levantarse.»
9 (10) Hasta mi amigo íntimo en quien yo confiaba, el que mi pan
comía, levanta contra mí su calcañar.
10 (11) Mas tú, Yahveh, tenme piedad, levántame y les daré su
merecido;
11 (12) en esto sabré que tú eres mi amigo: si mi enemigo no lanza
más su grito contra mí;
12 (13) y a mí me mantendrás en mi inocencia, y ante tu faz me
admitirás por siempre.
13 (14) ¡Bendito sea Yahveh, Dios de Israel, desde siempre hasta
siempre! ¡Amén! ¡Amén!