...la Biblia de Jerusalén
Salmo 41, 8-13
8 (9) «Cosa de infierno ha caído sobre él, ahora que se ha acostado,
ya no ha de levantarse.»
9 (10) Hasta mi amigo íntimo en quien yo confiaba, el que mi pan
comía, levanta contra mí su calcañar.
10 (11) Mas tú, Yahveh, tenme piedad, levántame y les daré su
merecido;
11 (12) en esto sabré que tú eres mi amigo: si mi enemigo no lanza
más su grito contra mí;
12 (13) y a mí me mantendrás en mi inocencia, y ante tu faz me
admitirás por siempre.
13 (14) ¡Bendito sea Yahveh, Dios de Israel, desde siempre hasta
siempre! ¡Amén! ¡Amén!