...la Biblia de Jerusalén
Salmo 42, 10-11
10 (11) Con quebranto en mis huesos mis adversarios me insultan,
todo el día repitiéndome: ¿En dónde está tu Dios?
11 (12) ¿Por qué, alma mía, desfalleces y te agitas por mí? Espera en
Dios: aún le alabaré, ¡salvación de mi rostro y mi Dios!