1 (2) ¡Oídlo, pueblos todos, escuchad, habitantes todos de la tierra,
2 (3) hijos de Adán, así como hijos de hombre, ricos y pobres a
la
3 (4) Mi boca va a decir sabiduría, y cordura el murmullo de mi
corazón;
4 (5) tiendo mi oído a un proverbio, al son de cítara descubriré mi
enigma.
5 (6) ¿Por qué temer en días de desgracia cuando me cerca la malicia
de los que me hostigan,
6 (7) los que ponen su confianza en su fortuna, y se glorían de su gran
riqueza?
7 (8) ¡Si nadie puede redimirse ni pagar a Dios por su rescate!;
8 (9) es muy cara la redención de su alma, y siempre faltará,
9 (10) para que viva aún y nunca vea la fosa.
10 (11) Se ve, en cambio, fenecer a los sabios, perecer a la par necio y
estúpido, y dejar para otros sus riquezas.
11 (12) Sus tumbas son sus casas para siempre, sus moradas de edad
en edad; ¡y a sus tierras habían puesto sus nombres!
12 (13) El hombre en la opulencia no comprende, a las bestias mudas
se asemeja.
13 (14) Así andan ellos, seguros de sí mismos, y llegan al final,
contentos de su suerte. = Pausa. =
14 (15) Como ovejas son llevados al seol, los pastorea la Muerte, y
los rectos dominarán sobre ellos. Por la mañana se desgasta su imagen, ¡el
seol será su residencia!