16 (17) Yo, en cambio, a Dios invoco, y Yahveh me salva.
17 (18) A la tarde, a la mañana, al mediodía me quejo y gimo: él oye
mi clamor.
18 (19) En paz mi alma rescata de la guerra que me hacen: aunque
sean muchos contra mí,
19 (20) Dios escucha y los humilla, él, que reina desde siempre. Pero
ellos sin enmienda, y sin temor de Dios.
20 (21) Cada uno extiende su mano contra sus aliados, viola su
alianza;
21 (22) más blanda que la crema es su boca, pero su corazón es sólo
guerra; sus palabras, más suaves que el aceite, son espadas desnudas.
22 (23) Descarga en Yahveh tu peso, y él te sustentará; no dejará que
para siempre zozobre el justo.
23 (24) Y tú, oh Dios, los hundirás en el pozo de la fosa, a los
hombres de sangre y de fraude, sin alcanzar la mitad de sus días. Mas yo
confío en ti.