3 (4) Estoy exhausto de gritar, arden mis fauces, mis ojos
se
consumen de esperar a mi Dios.
4 (5) Son más que los cabellos de mi cabeza los que sin causa me
odian; más duros que mis huesos los que me hostigan sin razón. (¿Lo que
yo no he robado tengo que devolver?)
5 (6) Tú, oh Dios, mi torpeza conoces, no se te ocultan mis ofensas.