4 (5) Son más que los cabellos de mi cabeza los que sin causa me
odian; más duros que mis huesos los que me hostigan sin razón. (¿Lo que
yo no he robado tengo que devolver?)
5 (6) Tú, oh Dios, mi torpeza conoces, no se te ocultan mis ofensas.
6 (7) ¡No se avergüencen por mí los que en ti esperan, oh Yahveh
Sebaot! ¡No sufran confusión por mí los que te buscan, oh Dios de Israel!