...la Biblia de Jerusalén
Salmo 69, 8-26
8 (9) para mis hermanos soy un extranjero, un desconocido para los
hijos de mi madre;
9 (10) pues me devora el celo de tu casa, y caen sobre mí los insultos
de los que te insultan.
10 (11) Si mortifico mi alma con ayuno, se me hace un pretexto de
insulto;
11 (12) si tomo un sayal por vestido, para ellos me convierto en burla,
12 (13) cuento de los que están sentados a la puerta, y copla de los
que beben licor fuerte.
13 (14) Mas mi oración hacia ti, Yahveh, en el tiempo propicio: por
tu gran amor, oh Dios, respóndeme, por la verdad de tu salvación.
14 (15) ¡Sácame del cieno, no me hunda, escape yo a los que me
odian, a las honduras de las aguas!
15 (16) ¡El flujo de las aguas no me anegue no me trague el abismo, ni
el pozo cierre sobre mí su boca!
16 (17) ¡Respóndeme, Yahveh, pues tu amor es bondad; en tu
inmensa ternura vuelve a mí tus ojos;
17 (18) no retires tu rostro de tu siervo, que en angustias estoy,
pronto, respóndeme;
18 (19) acércate a mi alma, rescátala, por causa de mis enemigos,
líbrame!
19 (20) Tú conoces mi oprobio, mi vergüenza y mi afrenta, ante ti
están todos mis opresores.
20 (21) El oprobio me ha roto el corazón y desfallezco. Espero
compasión, y no la hay, consoladores, y no encuentro ninguno.
21 (22) Veneno me han dado por comida, en mi sed me han abrevado
con vinagre.
22 (23) ¡Que su mesa ante ellos se convierta en un lazo, y su
abundancia en una trampa;
23 (24) anúblense sus ojos y no vean, haz que sus fuerzas sin cesar les
fallen!
24 (25) Derrama tu enojo sobre ellos, los alcance el ardor de tu
cólera;
25 (26) su recinto quede hecho un desierto, en sus tiendas no haya
quien habite:
26 (27) porque acosan al que tú has herido, y aumentan la herida de tu
víctima.