...la Biblia de Jerusalén
Salmo 71, 3-15
3 ¡Sé para mí una roca de refugio, alcázar fuerte que me salve, pues
mi roca eres tú y mi fortaleza.
4 ¡Dios mío, líbrame de la mano del impío, de las garras del perverso
y del violento!
5 Pues tú eres mi esperanza, Señor, Yahveh, mi confianza desde mi
juventud.
6 En ti tengo mi apoyo desde el seno, tú mi porción desde las entrañas
de mi madre; ¡en ti sin cesar mi alabanza!
7 Soy el asombro de muchos, mas tú eres mi seguro refugio.
8 Mi boca está repleta de tu loa, de tu gloria todo el día.
9 A la hora de mi vejez no me rechaces, no me abandones cuando
decae mi vigor.
10 Porque de mí mis enemigos hablan, los que espían mi alma se
conciertan:
11 «¡Dios le ha desamparado, perseguidle, apresadle, pues no hay
quien le libere!»
12 ¡Oh Dios, no te estés lejos de mí, Dios mío, ven pronto en mi
socorro!
13 ¡Confusión y vergüenza sobre aquellos que acusan a mi alma;
cúbranse de ignominia y de vergüenza los que buscan mi mal!
14 Y yo, esperando sin cesar, más y más te alabaré;
15 publicará mi boca tu justicia, todo el día tu salvación.