Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Salmo 71, 8-23

8 Mi boca está repleta de tu loa, de tu gloria todo el día.

9 A la hora de mi vejez no me rechaces, no me abandones cuando
decae mi vigor.

10 Porque de mí mis enemigos hablan, los que espían mi alma se
conciertan:

11 «¡Dios le ha desamparado, perseguidle, apresadle, pues no hay
quien le libere!»

12 ¡Oh Dios, no te estés lejos de mí, Dios mío, ven pronto en mi
socorro!

13 ¡Confusión y vergüenza sobre aquellos que acusan a mi alma;
cúbranse de ignominia y de vergüenza los que buscan mi mal!

14 Y yo, esperando sin cesar, más y más te alabaré;

15 publicará mi boca tu justicia, todo el día tu salvación.

16 Y vendré a las proezas de Yahveh, recordaré tu justicia, tuya sólo.
17 ¡Oh Dios, desde mi juventud me has instruido, y yo he anunciado

hasta hoy tus maravillas!

18 Y ahora que llega la vejez y las canas, ¡oh Dios, no me abandones!,
para que anuncie yo tu brazo a todas las edades venideras, ¡tu poderío

19 y tu justicia, oh Dios, hasta los cielos! Tú que has hecho grandes
cosas, ¡oh Dios!, ¿quién como tú?

20 Tú que me has hecho ver tantos desastres y desgracias, has de
volver a recobrarme. Vendrás a sacarme de los abismos de la tierra,

21 sustentarás mi ancianidad, volverás a consolarme,

22 Y yo te daré gracias con las cuerdas del arpa, por tu verdad, Dios
mío; para ti salmodiaré a la cítara, oh Santo de Israel.

23 Exultarán mis labios cuando salmodie para ti, y mi alma, que tú has
rescatado.