...la Biblia de Jerusalén
Salmo 73, 18-26
18 oh, sí, tú en precipicios los colocas, a la ruina los empujas.
19 ¡Ah, qué pronto quedan hechos un horror, cómo desaparecen
sumidos en pavores!
20 Como en un sueño al despertar, Señor, así, cuando te alzas,
desprecias tú su imagen.
21 Sí, cuando mi corazón se exacerbaba, cuando se torturaba mi
conciencia,
22 estúpido de mí, no comprendía, una bestia era ante ti.
23 Pero a mí, que estoy siempre contigo, de la mano derecha me has
tomado;
24 me guiarás con tu consejo, y tras la gloria me llevarás.
25 ¿Quién hay para mí en el cielo? Estando contigo no hallo gusto ya
en la tierra.
26 Mi carne y mi corazón se consumen: ¡Roca de mi corazón, mi
porción, Dios por siempre!