...la Biblia de Jerusalén
Salmo 73, 4-17
4 No, no hay congojas para ellos, sano y rollizo está su cuerpo;
5 no comparten la pena de los hombres, con los humanos no son
atribulados.
6 Por eso el orgullo es su collar, la violencia el vestido que los cubre;
7 la malicia les cunde de la grasa, de artimañas su corazón desborda.
8 Se sonríen, pregonan la maldad, hablan altivamente de violencia;
9 ponen en el cielo su boca, y su lengua se pasea por la tierra.
10 Por eso mi pueblo va hacia ellos: aguas de abundancia les llegan.
11 Dicen: «¿Cómo va a saber Dios? ¿Hay conocimiento en el
Altísimo?»
12 Miradlos: ésos son los impíos, y, siempre tranquilos, aumentan su
riqueza.
13 ¡Así que en vano guardé el corazón puro, mis manos lavando en la
inocencia,
14 cuando era golpeado todo el día, y cada mañana sufría mi castigo!
15 Si hubiera dicho: «Voy a hablar como ellos», habría traicionado a
la raza de tus hijos;
16 me puse, pues, a pensar para entenderlo, ¡ardua tarea ante mis ojos!
17 Hasta el día en que entré en los divinos santuarios, donde su
destino comprendí: