...la Biblia de Jerusalén
Salmo 74, 4-20
4 En el lugar de tus reuniones rugieron tus adversarios, pusieron sus
enseñas, enseñas
5 que no se conocían, en el frontón de la entrada. Machetes en bosque
espeso,
6 a una cercenaban sus jambas, y con hacha y martillo desgajaban.
7 Prendieron fuego a tu santuario, por tierra profanaron la mansión de
tu nombre.
8 Dijeron en su corazón: «¡Destruyámoslos en bloque!» Quemaron en
la tierra todo lugar de santa reunión.
9 No vemos nuestras enseñas, no existen ya profetas, ni nadie entre
nosotros que sepa hasta cuándo.
10 ¿Hasta cuándo, oh Dios, provocará el adversario? ¿Ultrajará tu
nombre por siempre el enemigo?
11 ¿Por qué retraes tu mano, y en tu seno retienes escondida tu
diestra?
12 Oh Dios, mi rey desde el principio, autor de salvación en medio de
la tierra,
13 tú hendiste el mar con tu poder, quebraste las cabezas de los
monstruos en las aguas;
14 tú machacaste las cabezas de Leviatán y las hiciste pasto de las
fieras;
15 tú abriste manantiales y torrentes, y secaste ríos inagotables;
16 tuyo es el día, tuya también la noche, tú la luna y el sol estableciste,
17 tú trazaste todos los confines de la tierra, el verano y el invierno tú
formaste.
18 Recuérdalo, Yahveh: provoca el enemigo, tu nombre ultraja un
pueblo necio.
19 No entregues a la bestia el alma de tu tórtola, la vida de tus pobres
no olvides para siempre.
20 Piensa en la alianza, que están llenos los rincones del país de
guaridas de violencia.