...la Biblia de Jerusalén
Santiago 1, 13-16
13 Ninguno, cuando sea probado, diga: «Es Dios quien me prueba»;
porque Dios ni es probado por el mal ni prueba a nadie.
14 Sino que cada uno es probado por su propia concupiscencia que le
arrastra y le seduce.
15 Después la concupiscencia, cuando ha concebido, da a luz el
pecado; y el pecado, una vez consumado, engendra la muerte.
16 No os engañéis, hermanos míos queridos: