Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Santiago 3, 4-18

4 Mirad también las naves: aunque sean grandes y vientos impetuosos
las empujen, son dirigidas por un pequeño timón adonde la voluntad
del
piloto quiere.

5 Así también la lengua es un miembro pequeño y puede gloriarse de
grandes cosas. Mirad qué pequeño fuego abrasa un bosque tan grande.

6 Y la lengua es fuego, es un mundo de iniquidad; la lengua, que es
uno de nuestros miembros, contamina todo el cuerpo y, encendida por la
gehenna, prende fuego a la rueda de la vida desde sus comienzos.

7 Toda clase de fieras, aves, reptiles y animales marinos pueden ser
domados y de hecho han sido domados por el hombre;

8 en cambio ningún hombre ha podido domar la lengua; es un mal
turbulento; está llena de veneno mortífero.

9 Con ella bendecimos al Señor y Padre, y con ella maldecimos a los
hombres, hechos a imagen de Dios;

10 de una misma boca proceden la bendición y la maldición. Esto,
hermanos míos, no debe ser así.


11 ¿Acaso la fuente mana por el mismo caño agua dulce y amarga?

12 ¿Acaso, hermanos míos, puede la higuera producir aceitunas y la
vid higos? Tampoco el agua salada puede producir agua dulce.

13 ¿Hay entre vosotros quien tenga sabiduría o experiencia? Que
muestre por su buena conducta las obras hechas con la dulzura de la
sabiduría.

14 Pero si tenéis en vuestro corazón amarga envidia y espíritu de
contienda, no os jactéis ni mintáis contra la verdad.

15 Tal sabiduría no desciende de lo alto, sino que es terrena, natural,
demoníaca.

16 Pues donde existen envidias y espíritu de contienda, allí hay
desconcierto y toda clase de maldad.

17 En cambio la sabiduría que viene de lo alto es, en primer lugar,
pura, además pacífica, complaciente, dócil, llena de compasión y buenos
frutos, imparcial, sin hipocresía.

18 Frutos de justicia se siembran en la paz para los que procuran
la

paz.