10 Habrá aquel día - oráculo de Yahveh - gritos de auxilio desde la
puerta de los Peces, aullidos desde la ciudad nueva, estruendo enorme desde
las colinas.
11 ¡Ululad, habitantes del Mortero, pues ha sido aniquilado todo el
pueblo de Canaán, exterminados todos los que pesan plata!
12 Sucederá en el tiempo aquel que yo escrutaré a Jerusalén con
lámparas, y visitaré a los hombres que se apelmazan en sus heces, los que
dicen en su corazón: «¡Ni bien ni mal hace Yahveh!»
13 Será dada al saqueo su riqueza, sus casas a la devastación; casas
construyeron, mas no las habitarán, plantaron viñas, mas no beberán su
vino.
14 ¡Cercano está el gran Día de Yahveh, cercano, a toda prisa viene!
¡Amargo el ruido del día de Yahveh, dará gritos entonces hasta el bravo!
15 Día de ira el día aquel, día de angustia y de aprieto, día de
devastación y desolación, día de tinieblas y de oscuridad, día de nublado y
densa niebla,
16 día de trompeta y de clamor, contra las ciudades fortificadas y las
torres de los ángulos.
17 Yo pondré a los hombres en aprieto, y ellos como ciegos andarán,
(porque pecaron contra Yahveh); su sangre será derramada como polvo, y
su carne como excremento.
18 Ni su plata ni su oro podrán salvarlos en el Día de la ira de Yahveh,
cuando por el fuego de su celo la tierra entera sea devorada; pues él hará
exterminio, ¡y terrorífico!, de todos los habitantes de la tierra.