2 antes que seáis aventados como el tamo que en un día pasa, antes
que caiga sobre vosotros el ardor de la cólera de Yahveh, (antes que caiga
sobre vosotros el Día de la cólera de Yahveh).
3 Buscad a Yahveh, vosotros todos, humildes de la tierra, que cumplís
sus normas; buscad la justicia, buscad la humildad; quizá encontréis cobijo
el Día de la cólera de Yahveh.
4 Pues Gaza quedará en desamparo, y Ascalón en desolación, a Asdod
se la expulsará en pleno mediodía, y Ecrón será arrancada de raíz.
5 ¡Ay de los habitantes de la liga del mar, la nación de los kereteos!
Palabra de Yahveh contra vosotros: «Canaán, tierra de los filisteos,
te
destruiré, te dejaré sin habitantes;
6 quedará la liga del mar convertida en pastizales, en pradera de
pastores, en apriscos de ovejas.»
7 Y será la liga del mar para el Resto de la casa de Judá: allí llevarán a
pacer, en las casas de Ascalón reposarán a la tarde, cuando los
visite
Yahveh su Dios, y los vuelva de su cautiverio.
8 He oído los insultos de Moab y los denuestos de los hijos de
Ammón, cuando insultaron a mi pueblo, y se engrandecieron a costa de su
territorio.
9 Por eso, ¡por mi vida - oráculo de Yahveh Sebaot, Dios de Israel -
que Moab quedará como Sodoma, y los habitantes de Ammón como
Gomorra: cardizal, mina de sal, desolación para siempre! El Resto de
mi
pueblo los saqueará, lo que quede de mi nación los heredará.
10 Este será el precio de su orgullo, por haber insultado, por haberse
engrandecido a costa del pueblo de Yahveh Sebaot.
11 Terrible será Yahveh contra ellos, cuando enerve a todos los dioses
de la tierra, y se postren ante él, cada una en su lugar, todas las islas de las
naciones.
12 También vosotros, etíopes: «Víctimas de mi espada serán ellos».
13 El extenderá su mano contra el norte, destruirá a Asur, y dejará a
Nínive en desolación, árida como el desierto.
14 Se tumbarán en medio de ella los rebaños, toda suerte de animales:
hasta el pelícano, hasta el erizo, pasarán la noche entre sus
capiteles. El
búho cantará en la ventana, y el cuervo en el umbral, porque el cedro fue
arrancado.