9 Yo entonces volveré puro el labio de los pueblos, para que invoquen
todos el nombre de Yahveh, y le sirvan bajo un mismo yugo.
10 Desde allende los ríos de Etiopía, mis suplicantes, mi Dispersión,
me traerán mi ofrenda.
11 Aquel día no tendrás ya que avergonzarte de todos los delitos que
cometiste contra mí, porque entonces quitaré yo de tu seno a tus
alegres
orgullosos, y no volverás a engreírte en mi santo monte.
12 Yo dejaré en medio de ti un pueblo humilde y pobre, y en el
nombre de Yahveh se cobijará
13 el Resto de Israel. No cometerán más injusticia, no dirán mentiras,
y no más se encontrará en su boca lengua embustera. Se apacentarán y
reposarán, sin que nadie los turbe.
14 ¡Lanza gritos de gozo, hija de Sión, lanza clamores, Israel, alégrate
y exulta de todo corazón, hija de Jerusalén!
15 Ha retirado Yahveh las sentencias contra ti, ha alejado a tu
enemigo. ¡Yahveh, Rey de Israel, está en medio de ti, no temerás ya ningún
mal!
16 Aquel día se dirá a Jerusalén: ¡No tengas miedo, Sión,
no
desmayen tus manos!
17 Yahveh tu Dios está en medio de ti, ¡un poderoso salvador! El
exulta de gozo por ti, te renueva por su amor; danza por ti con
gritos de
júbilo,
18 como en los días de fiesta. Yo quitaré de tu lado la desgracia, el
oprobio que pesa sobre ti.
19 He aquí que yo haré exterminio de todos tus opresores, en el
tiempo aquel; y salvaré a la coja y recogeré a la descarriada, y
haré que
tengan alabanza y renombre en todos los países donde fueron confundidas.