2 que en tiempo de Salmanasar, rey de Asiria, fue deportado de Tibé,
que queda al sur de Cadés de Neftalí, en la Galilea superior, por encima de
Jasor, detrás del camino del oeste y al norte de Sefat.
3 Yo, Tobit, he andado por caminos de verdad y en justicia todos los
días de mi vida y he repartido muchas limosmas entre mis hermanos y
compatriotas, deportados conmigo a Nínive, al país de los asirios.
4 Siendo yo joven todavía y estando en mi país, en la tierra de Israel,
toda la tribu de mi padre Neftalí se apartó de la casa de David y
de
Jerusalén, la ciudad elegida entre todas las tribus de Israel para ofrecer allí
sacrificios y en la que había sido edificado y consagrado, para
todas las
generaciones venideras, el Templo de la Morada del Altísimo.
5 Todos mis hermanos y la casa de mi padre Neftalí ofrecían
sacrificios al becerro que Jeroboam, rey de Israel, había hecho en Dan, en
los montes de Galilea.
6 Muchas veces era yo el único que iba a Jerusalén, con ocasión de
las fiestas, tal como está prescrito para todo Israel por decreto perpetuo; en
cobrando las primicias y las crías primeras y diezmos de mis bienes
y el
primer esquileo de mis ovejas, acudía presuroso a Jerusalén
7 y se lo entregaba a los sacerdotes, hijos de Aarón, para el
altar.
Daba a los levitas, que hacían el servicio en Jerusalén, el diezmo del vino,
del grano, del olivo, de los granados, de los higos y demás frutales; tomaba
en metálico el segundo diezmo, de los seis años, y lo gastaba en Jerusalén.
8 Entregaba el tercer diezmo a los huérfanos, a las viudas y a los
prosélitos que vivían con los israelitas; se lo llevaba y entregaba cada tres
años, celebrando una comida con ellos conforme a lo que se prescribe en la
Ley de Moisés y conforme a los preceptos que me dio Débora, madre
de
nuestro padre Ananiel, pues mi padre había muerto dejándome huérfano.
9 En llegando a edad adulta, me casé con Ana, mujer de nuestra
parentela; y ella dio a luz a Tobías.
10 Cuando la deportación de Asiria, yo también fui deportado y me
trasladé a Nínive. Todos mis hermanos y los de mi linaje comían los
manjares de los gentiles,
11 más yo me guardé bien de comerlos.
12 Como yo me acordaba de Dios con toda mi alma,
13 me concedió el Altísimo gracia y favor ante Salmanasar, y llegué a
ser procurador suyo.
14 Me trasladé a Media y administré allí sus negocios hasta su
muerte; y desposité en Ragués de Media, en casa de Gabael, hermano
de
Gabrí, unos sacos de plata por valor de diez talentos.
15 Muerto Salmanasar, le sucedió en el trono su hijo Senaquerib; en
su reinado, los caminos de Media se hicieron inseguros y no pude
volver
allí.
16 En los días de Salmanasar hice yo muchas limosmas a mis
hermanos de raza;
17 di mi pan a los hambrientos y vestido a los desnudos; y si veía el
cadaver de alguno de los de mi raza arrojado extramuros de Nínive, le daba
sepultura.
18 Enterré igualmente a los que mató Senaquerib (cuando vino
huyendo de Judea después del escarmiento que hizo contra él el Rey
del
Cielo, a causa de sus blasfemias. Senaquerib, en su cólera, mandó matar a
muchos israelitas); y yo sustraje sus cuerpos y los enterré. Senaquerib los
buscó sin encontrarlos.