3 Fuese, pues, Tobías a buscar a alguno de nuestros hermanos pobres,
y cuando regresó me dijo: «Padre.» Le respondí: «¿Qué hay, hijo?»
Contestó: «Padre, han asesinado a uno de los nuestros; le han estrangulado
y le han arrojado en la plaza del mercado y aún está allí.»
4 Me levanté al punto y sin probar la comida, alcé el cadáver de la
plaza y lo dejé en una habitación, en espera de que se pusiera el sol, para
enterrarlo.