15 que no he mancillado mi nombre ni el nombre de mi padre en la
tierra de mi cautividad. Soy la única hija de mi padre; no tiene otros hijos
que le hereden, no tiene junto a sí ningún hermano ni pariente a quien me
deba por mujer. Ya perdí siete maridos: ¿para qué quiero la vida? Si no te
place, Señor, darme la muerte, ¡mírame con compasión! y no tenga yo que
escuchar injurias.
16 Fue oída en aquel instante, en la Gloria de Dios, la plegaria de
ambos