7 Sucedió aquel mismo día, que también Sarra, hija de Ragüel, el de
Ecbátana de Media, fue injuriada por una de las esclavas de su padre,
8 porque había sido dada en matrimonio a siete hombres, pero el
malvado demonio Asmodeo los había matado antes de que se unieran a ella
como casados. La esclava le decía: «¡Eres tú la que matas a tus maridos! Ya
has tenido siete, pero ni de uno siquiera has disfrutado.
9 ¿Nos castigas porque se te mueren los maridos? ¡Vete con ellos y
que nunca veamos hijo ni hija tuyos!»
10 Entonces Sarra, con el alma llena de tristeza, se echó a llorar
y
subió al aposento de su padre con intención de ahorcarse.
Pero,
reflexionando, pensó: «Acaso esto sirva para que injurien a mi padre y le
digan: "Tenías una hija única, amada y se ha ahorcado porque se
sentía
desgraciada." No puedo consentir que mi padre, en su ancianidad, baje con
tristeza a la mansión de los muertos. Es mejor que, en vez de ahorcarme,
suplique al Señor que me envíe la muerte para no tener que oír
injurias
durante mi vida.»