11 Don valioso es la limosma para cuantos la practican en presencia
del Altísimo.
12 «Guárdate, hijo, de toda impureza y, sobre todo, toma mujer del
linaje de tus padres; no tomes mujer extraña que no pertenezca a la tribu de
tu padre, porque somos descendientes de profetas. Recuerda, hijo, que
desde siempre nuestros padres Noé, Abraham, Isaac y Jacob tomaron
mujeres de entre sus hermanos y fueron bendecidos en sus hijos, de modo
que su estirpe poseerá la tierra en herencia.
13 Así pues, hijo, ama a tus hermanos; no tengas con tus hermanos, ni
con los hijos y las hijas de tu pueblo, corazón soberbio, en orden a tomar
para ti mujer de entre ellos; pues la soberbia acarrea la ruina y
prolija
inquietud; y la ociosidad, bajeza y extrema penuria; porque la ociosidad es
madre de la indigencia.
14 «No retengas el salario de los que trabajan para ti; dáselo al
momento. Si sirves a Dios serás recompensado. Pon cuidado, hijo, en todas
tus acciones y muéstrate educado en toda tu conducta.
15 No hagas a nadie lo que no quieras que te hagan. No bebas vino
hasta emborracharte y no hagas de la embriaguez tu compañera de camino.
16 «Da de tu pan al hambriento y de tus vestidos al desnudo. Haz
limosna de todo cuanto te sobra; y no tenga rencilla tu ojo cuando hagas
limosna.
17 Esparce tu pan sobre la tumba de los justos, pero no lo des a los
pecadores.
18 «Busca el consejo de los prudentes y no desprecies ningún aviso
saludable.
19 Bendice al Señor Dios en toda circunstancia, pídele que sean
rectos todos tus caminos y que llegen a buen fin todas tus sendas y
proyectos. Pues no todas las gentes tienen consejo; es el Señor
quien da
todos los bienes y, cuando quiere, eleva o abata hasta lo profundo
del
Hades. Así, pues, hijo, recuerda estos mandamientos y no permitas que se
borren de tu corazón.
20 «También quiero decirte que dejé en depósito a Gabael, hijo de
Gabrí, en Ragués de Media, diez talentos de plata.
21 No debes preocuparte, hijo, porque seamos pobres. Muchos bienes
posees si temes a Dios, huyes de todo pecado y haces lo que es bueno ante
el Señor tu Dios.»