12 «Guárdate, hijo, de toda impureza y, sobre todo, toma mujer del
linaje de tus padres; no tomes mujer extraña que no pertenezca a la tribu de
tu padre, porque somos descendientes de profetas. Recuerda, hijo, que
desde siempre nuestros padres Noé, Abraham, Isaac y Jacob tomaron
mujeres de entre sus hermanos y fueron bendecidos en sus hijos, de modo
que su estirpe poseerá la tierra en herencia.
13 Así pues, hijo, ama a tus hermanos; no tengas con tus hermanos, ni
con los hijos y las hijas de tu pueblo, corazón soberbio, en orden a tomar
para ti mujer de entre ellos; pues la soberbia acarrea la ruina y
prolija
inquietud; y la ociosidad, bajeza y extrema penuria; porque la ociosidad es
madre de la indigencia.
14 «No retengas el salario de los que trabajan para ti; dáselo al
momento. Si sirves a Dios serás recompensado. Pon cuidado, hijo, en todas
tus acciones y muéstrate educado en toda tu conducta.
15 No hagas a nadie lo que no quieras que te hagan. No bebas vino
hasta emborracharte y no hagas de la embriaguez tu compañera de camino.
16 «Da de tu pan al hambriento y de tus vestidos al desnudo. Haz
limosna de todo cuanto te sobra; y no tenga rencilla tu ojo cuando hagas
limosna.
17 Esparce tu pan sobre la tumba de los justos, pero no lo des a los
pecadores.