5 «Vive y está bien.» Y Tobías añadió: «Es mi padre.»
6 Ragüel se puso en pie de un salto, le besó, lloró y le dijo: «¡Bendito
seas, hijo! Tienes un padre honrado y bueno. ¡Qué gran desgracia, haberse
quedado ciego un hombre tan justo y tan limosnero!» Y echándose al cuello
de su hermano Tobías, rompió a llorar.
7 También lloró su mujer Edna y su hija Sarra.
8 Mató luego un carnero del rebaño y los acogió con toda cordialidad.
9 Después de lavarse y bañarse, se pusieron a comer. Tobías dijo
entonces a Rafael: «Hermano Azarías, di a Ragüel que me dé por mujer a
mi hermana Sarra.»
10 Al oír Ragüel estas palabras dijo al joven: «Come, bebe y disfruta
esta noche, porque ningún hombre hay, fuera de ti, que tenga derecho
a
tomar a mi hija Sarra, de modo que ni yo mismo estoy facultado para darla
a otro, si no es a ti, que eres mi pariente más próximo. Pero voy a hablarte
con franqueza, muchacho.
11 Ya la he dado a siete maridos, de nuestros hermanos, y todos
murieron la misma noche que entraron donde ella. Así que, muchacho,
ahora come y bebe y el Señor os dará su gracia y su paz.» Pero
Tobías
replicó: «No comeré ni beberé hasta que no hayas tomado una decisión
acerca de lo que te he pedido.» Ragüel le dijo: «¡Está bien! A ti se te debe
dar, según la sentencia del libro de Moisés, y el Cielo decreta que
te sea
dada. Recibe a tu hermana. A partir de ahora, tú eres su hermano y ella es tu
hermana. Tuya es desde hoy por siempre. Que el Señor del Cielo os guíe a
buen fin esta noche, hijo, y os dé su gracia y su paz.»
12 Llamó Ragüel a su hija Sarra, y cuando ella se presentó, la tomó
de la mano y se la entregó a Tobías, diciendo: «Recíbela, pues se te da por
mujer, según la ley y la sentencia escrita en el libro de Moisés. Tómala y
llévala con bien a la casa de tu padre. Y que el Dios del Cielo os guíe en paz
por el buen camino.»
13 Llamó luego a la madre, mandó traer una hoja de papiro y escribió
el contrato matrimonial, con lo cual se la entregó por mujer, conforme a la
sentencia de la ley de Moisés.