2 Gime, ciprés, porque ha caído el cedro, porque los majestuosos han
sido arrasados. Gemid, encinas de Basán, porque ha sido abatida la
selva
impenetrable.
3 Se oye gemido de pastores, porque ha sido arrasado su esplendor, se
oye rugido de leones, porque ha sido arrasada la gloria del Jordán.
4 Así dice Yahveh mi Dios: Apacienta las ovejas de matadero,
5 esas que sus compradores matan impunemente, mientras sus
vendedores dicen: «¡Bendito sea Yahveh; ya soy rico!», y a las que
no
perdonan los pastores.