6 Pues yo no perdonaré más a los habitantes de esta tierra, oráculo de
Yahveh; mas he aquí que voy a entregar a los hombres, a cada uno
en
manos de su vecino y en manos de su rey; ellos aplastarán la tierra y yo no
los libraré de sus manos.
7 Apacenté, pues, las ovejas de matadero destinadas a los tratantes de
ovejas, y me procuré dos cayados: a uno lo llamé «Gracia» y al
otro
«Vínculo». Me puse a apacentar las ovejas,
8 y me deshice de los tres pastores en un mes. Pero mi alma se
impacientó con ellos y su alma también se hastió de mí.
9 Entonces dije: «¡No os apacentaré más; la que tenga que morir, que
muera, la que tenga que desaparecer, que desaparezca, y las que
queden,
que se coman unas a otras!»