2 He aquí que yo hago de Jerusalén una copa de vértigo para todos los
pueblos del contorno (durante el asedio contra Jerusalén).
2-b (y también sobre Judá).
3 Aquel día haré yo de Jerusalén una piedra de levantamiento para
todos los pueblos: todos los que la levanten se desgarrarán completamente.
Y contra ella se congregarán todas las naciones de la tierra.