5 El número de los descendientes de Jacob era de setenta personas.
José estaba ya en Egipto.
6 Murió José, y todos sus hermanos, y toda aquella generación;
7 pero los israelitas fueron fecundos y se multiplicaron; llegaron a ser
muy numerosos y fuertes y llenaron el país.
8 Se alzó en Egipto un nuevo rey, que nada sabía de José;
9 y que dijo a su pueblo: «Mirad, los israelitas son un pueblo más
numeroso y fuerte que nosotros.
10 Tomemos precauciones contra él para que no siga multiplicándose,
no sea que en caso de guerra se una también él a nuestros enemigos para
luchar contra nosotros y salir del país.»
11 Les impusieron pues, capataces para aplastarlos bajo el peso de
duros trabajos; y así edificaron para Faraón las ciudades de depósito: Pitom
y Ramsés.
12 Pero cuanto más les oprimían, tanto más crecían y se
multiplicaban, de modo que los egipcios llegaron a temer a los israelitas.
13 Y redujeron a cruel servidumbre a los israelitas,
14 les amargaron la vida con rudos trabajos de arcilla y ladrillos, con
toda suerte de labores del campo y toda clase de servidumbre que les
imponían por crueldad.