20 No comeréis nada fermentado; en todo lugar donde habitéis,
comeréis ázimos.»
21 Llamó Moisés a todos los ancianos de Israel y les dijo: «Id en
busca de reses menores para vuestras familias e inmolad la pascua.
22 Tomaréis un manojo de hisopo, lo mojaréis en la sangre que está en
la vasija y untaréis el dintel y las dos jambas con la sangre de la vasija; y
ninguno de vosotros saldrá de la puerta de su casa hasta la mañana.
23 Yahveh pasará y herirá a los egipcios, pero al ver la sangre en el
dintel y en las dos jambas, Yahveh pasará de largo por aquella puerta y no
permitirá que el Exterminador entre en vuestras casas para herir.
24 Guardad este mandato como decreto perpetuo para vosotros y
vuestros hijos.
25 También guardaréis este rito cuando entréis en la tierra que os dará
Yahveh, según su promesa.
26 Y cuando os pregunten vuestros hijos: “¿Qué significa para
vosotros este rito?”,
27 responderéis: “Este es el sacrificio de la Pascua de Yahveh, que
pasó de largo por las casas de los israelitas en Egipto cuando hirió a los
egipcios y salvó nuestras casas.”» Entonces el pueblo se postró para adorar.
28 Fueron los israelitas e hicieron lo que había mandado Yahveh a
Moisés y a Aarón; así lo hicieron.