8 Y añadió Moisés: «Yahveh os dará esta tarde carne para comer, y
por la mañana pan en abundancia; porque Yahveh ha oído
vuestras
murmuraciones contra él; pues ¿qué somos nosotros? No van
contra
nosotros vuestras murmuraciones, sino contra Yahveh.»
9 Dijo entonces Moisés a Aarón: «Ordena a toda la comunidad de los
israelitas: Acercaos a Yahveh, pues él ha oído vuestras murmuraciones.»
10 Aún estaba hablando Aarón a toda la comunidad de los israelitas,
cuando ellos miraron hacia el desierto, y he aquí que la gloria de Yahveh se
apareció en forma de nube.
11 Y Yahveh habló a Moisés, diciendo:
12 «He oído las murmuraciones de los israelitas. Diles: Al atardecer
comeréis carne y por la mañana os hartaréis de pan; y así sabréis que yo soy
Yahveh, vuestro Dios.»
13 Aquella misma tarde vinieron las codornices y cubrieron el
campamento; y por la mañana había una capa de rocío en torno al
campamento.
14 Y al evaporarse la capa de rocío apareció sobre el suelo del desierto
una cosa menuda, como granos, parecida a la escarcha de la tierra.
15 Cuando los israelitas la vieron, se decían unos a otros: «¿Qué es
esto?» Pues no sabían lo que era. Moisés les dijo: «Este es el pan
que
Yahveh os da por alimento.
16 He aquí lo que manda Yahveh: Que cada uno recoja cuanto
necesite para comer, un gomor por cabeza, según el número de los
miembros de vuestra familia; cada uno recogerá para la gente de su tienda.»
17 Así lo hicieron los israelitas; unos recogieron mucho y otros poco.
18 Pero cuando lo midieron con el gomor, ni los que recogieron poco
tenían de menos. Cada uno había recogido lo que necesitaba para su
sustento.
19 Moisés les dijo: «Que nadie guarde nada para el día siguiente.»
20 Pero no obedecieron a Moisés, y algunos guardaron algo para el día
siguiente; pero se llenó de gusanos y se pudrió; y Moisés se irritó
contra
ellos.
21 Lo recogían por las mañanas, cada cual según lo que necesitaba; y
luego, con el calor del sol, se derretía.
22 El día sexto recogieron doble ración, dos gomor por persona.
Todos los jefes de la comunidad fueron a decírselo a Moisés;
23 él les respondió: «Esto es lo que manda Yahveh: Mañana es
sábado, día de descanso consagrado a Yahveh. Coced lo que se deba cocer,
hervid lo que se tenga que hervir; y lo sobrante, guardadlo como
reserva
para mañana.»
24 Ellos lo guardaron para el día siguiente, según la orden de Moisés;
y no se pudrió, ni se agusanó.
25 Dijo entonces Moisés: «Hoy comeréis esto, porque es sábado de
Yahveh; y en tal día no hallaréis nada en el campo.
26 Seis días podéis recogerlo, pero el día séptimo, que es sábado, no
habrá nada.»
27 A pesar de todo, salieron algunos del pueblo a recogerlo el séptimo
día, pero no encontraron nada.
28 Yahveh dijo a Moisés: «¿Hasta cuándo os negaréis a guardar mi
mandatos y mis leyes?
29 Mirad que Yahveh os ha puesto el sábado; por eso el día sexto os
da ración para dos días. Quédese cada uno en su sitio, y que nadie se mueva
de su lugar el día séptimo.»
30 Y el día séptimo descansó el pueblo.
31 La casa de Israel lo llamó maná. Era como semilla de cilantro,
blanco, y con sabor a torta de miel.
32 Dijo Moisés: «Esto manda Yahveh: Llenad un gomor de maná, y
conservadlo, para vuestros descendientes, para que vean el pan con que os
alimenté en el desierto cuando os saqué del país de Egipto.»
33 Dijo, pues, Moisés a Aarón: «Toma una vasija, pon en ella un
gomor lleno de maná, y colócalo ante Yahveh, a fin de conservarlo
para
vuestros descendientes.»