22 Celebrarás la fiesta de las Semanas: la de las primicias de la siega
del trigo, y también la fiesta de la recolección al final del año.
23 Tres veces al año se presentarán todos tus varones ante Yahveh, el
Señor, el Dios de Israel.
24 Pues cuando yo expulse a los pueblos delante de ti y ensanche tus
fronteras, nadie codiciará tu tierra cuando tres veces al año subas a
presentarte ante Yahveh, tu Dios.
25 No inmolarás con pan fermentado la sangre de mi sacrificio, ni
quedará hasta el día siguiente la víctima de la fiesta de Pascua.
26 Llevarás a la casa de Yahveh, tu Dios, lo mejor de las primicias de
los frutos de tu suelo. No cocerás el cabrito en la leche de su madre.»
27 Dijo Yahveh a Moisés: «Consigna por escrito estas palabras, pues a
tenor de ellas hago alianza contigo y con Israel.»
28 Moisés estuvo allí con Yahveh cuarenta días y cuarenta noches, sin
comer pan ni beber agua. Y escribió en las tablas las palabras de la alianza,
las diez palabras.
29 Luego, bajó Moisés del monte Sinaí y, cuando bajó del monte con
las dos tablas del Testimonio en su mano, no sabía que la piel de su rostro
se había vuelto radiante, por haber hablado con él.
30 Aarón y todos los israelitas miraron a Moisés, y al ver que la piel
de su rostro irradiaba, temían acercarse a él.
31 Moisés los llamó. Aarón y todos los jefes de la comunidad se
volvieron a él y Moisés habló con ellos.