19 Después desplegó la Tienda por encima de la Morada y puso
además por encima el toldo de la Tienda, como Yahveh había mandado a
Moisés.
20 Luego tomó el Testimonio y lo puso en el arca; puso al arca los
varales y sobre ella colocó el propiciatorio en la parte superior.
21 Llevó entonces el arca a la Morada, colgó el velo de protección y
cubrió así el arca del Testimonio, como Yahveh había mandado a Moisés.
22 Colocó también la mesa en la Tienda del Encuentro, al lado
septentrional de la Morada, fuera del velo.
23 Dispuso sobre ella las filas de los panes de la Presencia delante de
Yahveh, como Yahveh había ordenado a Moisés.
24 Luego instaló el candelabro en la Tienda del Encuentro, frente a la
mesa, en el lado meridional de la Morada,
25 y colocó encima las lámparas delante de Yahveh, como Yahveh
había mandado a Moisés.
26 Asimismo puso el altar de oro en la Tienda del Encuentro, delante
del velo;
27 y quemó sobre él incienso aromático como Yahveh había mandado
a Moisés.
28 A la entrada de la Morada colocó la cortina,
29 y en la misma entrada de la Morada de la Tienda del Encuentro
colocó también el altar de los holocaustos, sobre el cual
ofreció el
holocausto y la oblación, como Yahveh había mandado a Moisés.
30 Situó la pila entre la Tienda del Encuentro y el altar, y echó en ella
agua para las abluciones;
31 Moisés, Aarón y sus hijos se lavaron en ella las manos y los pies.
32 Siempre que entraban en la Tienda del Encuentro y siempre que se
acercaban al altar, se lavaban, como Yahveh había mandado a Moisés.
33 Por fin alzó el atrio que rodeaba la Morada y el altar, y colgó el
tapiz a la entrada del atrio. Así acabó Moisés los trabajos.
34 La Nube cubrió entonces la Tienda del Encuentro y la gloria de
Yahveh llenó la Morada.
35 Moisés no podía entrar en la Tienda del Encuentro, pues la Nube
moraba sobre ella y la gloria de Yahveh llenaba la Morada.
36 En todas las marchas, cuando la Nube se elevaba de encima de la
Morada, los israelitas levantaban el campamento.
37 Pero si la Nube no se elevaba, ellos no levantaban el campamento,
en espera del día en que se elevara.