5 Y añadió Faraón: «Ahora que el pueblo de esa región es numeroso
¿queréis interrumpir sus trabajos?»
6 Aquel mismo día dio Faraón esta orden a los capataces del pueblo y
a los escribas:
7 «Ya no daréis como antes paja al pueblo para hacer ladrillos; que
vayan ellos mismos a buscársela.
8 Pero que hagan la misma cantidad de ladrillos que hacían antes, sin
rebajarla; pues son unos perezosos. Y por eso claman diciendo: Vamos
a
ofrecer sacrificios a nuestro Dios.
9 Que se aumente el trabajo de estos hombres para que estén ocupados
en él y no den oídos a palabras mentirosas.
10 Salieron los capataces del pueblo diciendo: «Esto dice Faraón: No
os daré ya más paja;
11 id vosotros mismos a buscárosla donde la podáis hallar. Pero
vuestra tarea no se disminuirá en nada.»
12 Esparcióse, pues, el pueblo por el país de Egipto en busca de
rastrojo para emplearlo como paja.
13 Los capataces por su lado los apremiaban, diciendo: «Terminad la
tarea que os ha sido fijada para cada día, como cuando había paja.»
14 A los escribas de los israelitas, que los capataces de Faraón habían
puesto al frente de aquéllos, se les castigó, diciéndoles: «¿Por qué no habéis
hecho, ni ayer ni hoy, la misma cantidad de ladrillos que antes?»
15 Los escribas de los israelitas fueron a quejarse a Faraón, diciendo:
«¿Por qué tratas así a tus siervos?
16 No se da paja a tus siervos y sin embargo nos dicen: “Haced
ladrillos.” Y he aquí que tus siervos son castigados...»
17 El respondió: «Haraganes sois, grandes haraganes; por eso decís:
“Vamos a ofrecer sacrificios a Yahveh.”
18 Pues, id a trabajar; no se os dará paja, y habéis de entregar
la
cantidad de ladrillos señalada.»
19 Los escribas de los israelitas se vieron en grande aprieto, pues les
ordenaron: «No disminuiréis vuestra producción diaria de ladrillos.»
20 Encontráronse, pues, con Moisés y Aarón, que les estaban
esperando a la salida de su entrevista con Faraón,
21 y les dijeron: Que Yahveh os examine y que él os juzgue por
habernos hecho odiosos a Faraón y a sus siervos y haber puesto la espada
en sus manos para matarnos.»
22 Volvióse entonces Moisés a Yahveh y dijo: «Señor, ¿por qué
maltratas a este pueblo? ¿por qué me has enviado?