Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Éxodo 8, 6-15

6 «Mañana», contestó el. Replicó Moisés: «Será conforme a tu
palabra, para que sepas que no hay como Yahveh, nuestro Dios.

7 Las ranas se apartarán de ti, de tus casas, de tus siervos y de
tu
pueblo, y quedarán sólo en el Río.»

8 Salieron Moisés y Aarón de la presencia de Faraón, invocó Moisés a
Yahveh acerca de las ranas que afligían a Faraón,

9 y Yahveh hizo lo que Moisés pedía: murieron las ranas de las casas,
de los patios y de los campos.

10 Las juntaron en montones y el país apestaba.

11 Pero Faraón viendo que tenía este respiro, endureció su corazón, y
no les escuchó como había predicho Yahveh.

12 Dijo Yahveh a Moisés: «Di a Aarón: extiende tu cayado y golpea el
polvo de la tierra que se convertirá en mosquitos sobre todo el
país de
Egipto.»

13 Así lo hicieron: Aarón extendió su mano con el cayado y golpeó el
polvo de la tierra; y hubo mosquitos sobre los hombres y sobre los
ganados. Todo el polvo de la tierra se convirtió en mosquitos sobre todo el
país de Egipto.

14 Los magos intentaron con sus encantamientos hacer salir
mosquitos, pero no pudieron. Hubo, pues, mosquitos sobre hombres y
ganados.

15 Dijeron los magos a Faraón: «¡es el dedo de Dios!» Pero el corazón
de Faraón se endureció, y no les escuchó, como había dicho Yahveh.